La crisis del coronavirus nos ha dejado atrás caos y desabastecimiento de productos de protección.
Nos hemos visto realizando compras masivas de todo tipo de productos: desechables y reutilizables (homologados y no homologados), en el extranjero o en el mercado nacional, a precios habituales y no tan habituales, etc.
Pasados los anteriores meses y dejando atrás el miedo inicial que generó, este verano es un buen momento para parar a analizar nuestras compras y los resultados obtenidos, así como empezar a pensar dónde y cómo haremos nuestras próximas compras. ¿Me voy a una empresa de importación con un producto que se desecha en nuestro país o apoyo a un pequeño negocio local, donde además el producto es reutilizable y el impacto medioambiental es mucho menor?
Es muy importante que, una vez pasada esta crisis sanitaria, evaluemos la situación y podamos seguir apostando por productos reutilizables que reducen los residuos que generamos ya que, de tenerlos en marcha hoy en día, estarían contribuyendo a no tener que gestionar la ingente cantidad de residuos que nos inundan actualmente y se estaría generando un gran volumen de empleo local así como reduciendo la dependencia a países lejanos.
Es fundamental que la necesidad, de utilizar productos de protección, no se transforme en un argumento para justificar el uso de productos desechables y seguir tirándolos masivamente en el futuro.
La salud y la seguridad es lo primero, pero no podemos usar este argumento como excusa para seguir abasteciéndose de productos no sostenibles, producidos a 15.000km del destino final, pues existen alternativas igualmente eficaces y reutilizables, e incluso más económicas a largo plazo, como las que ofrecen diversas empresas textiles, mediante nuevos tejidos técnicos, certificados y homologados, de acuerdo a las normativas europeas.
Los sistemas de residuo cero que se construyen en torno a la reutilización, crean empleos locales y comunidades resilientes, que aguantan cambios y dificultades como la que vivimos ahora. La fabricación de productos desechables se puede encargar a otros países, pero los sistemas de reutilización a nivel local solo pueden ser gestionados por las propias personas y empresas de la zona, creando así esa riqueza local. Por ello tenemos que seguir buscando alternativas locales y en especial las reutilizables (no-desechables) para nuestros productos de protección, como batas, gorros, mascarillas, guantes y muchos otros. Al continuar buscando formas de reducir los productos de un solo uso, podemos detener la emergencia climática, reducir plásticos que contaminan nuestra salud y nuestro planeta y crear un futuro resistente con empleos locales y una economía fuerte.
En lugar de revertir los esfuerzos realizados para hacer frente a la crisis de contaminación, que están protegiendo tanto nuestra salud como nuestro planeta, los gobiernos y las empresas necesitan contar con sistemas que respalden la salud pública y ambiental, y seguir fomentando los productos reutilizables para hacer frente a la contaminación por productos de un solo uso, que seguirá muy presente una vez afrontemos la pandemia causada por el virus COVID-19.
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